Guadalajara es una ciudad que no deja de sorprender por su escena culinaria, que ha aportado algunos de los conceptos más interesantes del país y que son razón suficiente para viajar a probarlos. Pero ya sea como visitante o como residente de la capital de Jalisco, también hay una selección de restaurantes donde se siente la energía local y con la garantía de que se puede volver una y otra vez a tener una gran experiencia.
Así, permite que una terraza en la Colonia Americana te traslade a Japón con su encantador ambiente y su auténtico ramen; comparte un imponente corte argentino en un acogedor espacio de ladrillos; o déjate sorprender por un menú degustación con modernas interpretaciones de la comida mexicana.
Estos son 12 de los restaurantes favoritos entre los comensales locales de Guadalajara.
La Moresca (Zapopan)
Desde su apertura en Guadalajara en el año 2000, La Moresca ya cuenta con cuatro ubicaciones en la ciudad, y se ha vuelto un favorito gracias a su comida italiana con toques internacionales y su ambiente relajado y casual. La sucursal de Andares recibe a sus comensales con elementos rústicos de madera, una placentera terraza y una gran barra decorada con una obra del artista local Ricardo Luévanos.
La carta es muy amplia, ofreciendo múltiples opciones de ensaladas, pizzas y calzone; entradas como mejillones al vino blanco y tacos de atún sellado; y pastas que incluyen spaghetti con pulpo y la lasagna Moresca, con salsa boloñesa, queso ricotta y parmesano. El festín continúa con platos fuertes, entre los que destacan el vacío de res y la pesca del día con coles de Bruselas, para concluir con un buen gelato de Bailey’s o Ferrero.
Teté Cocina de Barrio (Americana)
El nombre de este restaurante en la Colonia Americana, proyecto de los hermanos Mario y Karla Papa, podría hacerte pensar que se trata de un sencillo lugar para comer comida casera, pero desde la entrada a Tete, hay pistas que revelan que ésta será una experiencia muy distinta. El comedor es amplio y de decoración minimalista, con muebles modernos y una cocina abierta que permite ser testigo de la acción.
La comida muestra también una fuerte inclinación por lo estético, como se puede ver en cada creación del menú degustación, que cambia cada mes. Por $975, el menú de 10 tiempos puede incluir platos como setas, puré de sus raíces, queso Cotija y hoja santa; gorgonzola, coliflor y calabazas en una tarta; y betabel asado y aliñado con aceite de té limón y jocoque. Los postres también muestran una visión contemporánea de la cocina mexicana, resultando en platos como el pipián de pixtle y amasake.
Los Arcos (Lázaro Cárdenas y Acueducto)
Un eterno clásico entre los amantes de la comida del mar y el ambiente familiar, Los Arcos nació en Culiacán en 1977. La de Guadalajara es una de 15 ubicaciones en todo el país, y cuenta con un ambiente fresco que remonta a sus comensales a las costas del Pacífico, con muros de brillante azul, lámparas de mimbre y una terraza para disfrutar en los días cálidos. Además, el restaurante ofrece un área exclusiva para niños, ideal para las familias.
El menú es muy extenso, con una gran variedad de ceviches (desde camarón hasta jaiba), mariscos frescos (como ostión en su concha y callo de hacha) y tacos (no hay que perderse los Gobernador, una creación de Los Arcos). También hay decenas de platos preparados con camarones, pescados y pulpo, satisfaciendo cualquier antojo. Los cocteles clásicos y los de la casa, como el Mandarina Mezcal (mezcal, Prosecco y jugo de mandarina) acompañan la experiencia.
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Hato Ramen (Americana, Monraz y Ciudad Del Sol)
Con tres ubicaciones en Guadalajara, Hato consiente a sus clientes con un menú japonés moderno, enfocado en el ramen y complementado cuidadosamente con entradas y postres. Esta sucursal, en la Colonia Americana, presume una agradable barra para 25 comensales y, desde hace unos meses, una lindísima terraza techada que con cada viga de madera, traslada por unos momentos a Japón. Así, puedes disfrutar de entradas como pollo kaarage frito o gyozas de cerdo o vegetales para prepararte antes del evento principal: un tazón de ramen perfectamente preparado. Entre las 11 opciones destacan el de brisket, tonkotsu (con carne de cerdo y pollo) y el vegetariano. Para complementar, hay una selección de cervezas y cocteles de la casa, como un clásico whisky highball, y también puedes disfrutar de cremosas malteadas de taro o matcha.
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Asador La Vaca Argentina (Múltiples ubicaciones)
Orgullosamente tapatío, este restaurante abrió sus puertas en 2005, y ya cuenta 16 sucursales en distintas ciudades del país. La Vaca Argentina ofrece un lindo entorno rústico, con muros de ladrillo y grandes ventanales, además de un alegre ambiente familiar.
En la extensa carta se encuentran todos los favoritos que se pueden pedir en un asador argentino, como chorizo criollo, milanesa, o una impresionante selección de cortes que incluye varias opciones de bife lomo, vacío, rib eye y New York. Además, hay pastas como ravioles de queso ricotta y espinaca; pizzas de la casa, incluyendo la de cuatro quesos y Mar del Plata, con aceitunas y anchoas; y especialidades más ligeras, como churrasco de salmón a la parrilla. Para maridar, la carta de vinos es un auténtico viaje, con etiquetas provenientes de los cinco continentes.
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Tintoretto (Providencia)
Con una oferta culinaria extensa y variada, este restaurante en la Colonia Providencia toma inspiración de los sabores de Europa y el Mediterráneo con algunos toques locales. La selección incluye desde graviax de salmón y clam chowder hasta chiles güeros con camarón y lechón para taquear. Además de varias pastas y pizzas, las estrellas del menú son las creaciones que salen del horno Josper, como pato confitado a la provenzal, Chateaubriand con salsa Bernesa o cochinillo estilo Segovia. Para terminar, hay que irse por los imperdibles como el fondant de chocolate o el strudel de manzana.
El luminoso espacio, dominado por la madera y las plantas, cuenta también con salones privados, haciendo del lugar tan cómodo para grupos de amigos o familiares como para comidas de trabajo.
Rupestre Comedor Romano (Americana)
Pocos platillos invitan a la convivencia como la pizza. En este amigable restaurante de la Colonia Americana lo saben bien, y por eso es la máxima protagonista en la carta. Hay 15 versiones diferentes, y cada una está numerada para hacerte la vida más fácil. La Dos, por ejemplo, es una pizza blanca y lleva pesto, flor de calabaza, cebolla morada, queso de cabra y huevo orgánico. Entre las rojas destacan la Nueve, una clásica de pepperoni, y la Once, con mozzarella fresca y albahaca horneada. Además, hay tres opciones veganas, que llevan queso de coco y muchos vegetales frescos. La carta se complementa con entradas como alcachofas con pancetta, y postres como el popular Power Kiss, unas bolitas de masa rellenas de nutella, cajeta o crema de cacahuate.
El espacio, con muros de ladrillo y una amplia terraza, es perfecto para disfrutar una cerveza fría o un Aperol Spritz y buena compañía.
Río Viejo (Moderna)
Tal como si fuera una acogedora hacienda en plena ciudad, este restaurante invita a hacer un viaje por México a través de los sabores más tradicionales de distintas regiones del país. Es así como la carta ofrece especialidades costeras, como aguachile negro o tacos de jaiba, al igual que cochinita pibil, tacos rib eye, molotes de plátano macho con mole negro, pollo en mole poblano y empanadas de arroz con leche. No pueden faltar cocteles como el clásico Cantarito tapatío, con tequila y jugos de cítricos.
Con elementos como platos de Talavera y molcajetes, además de la presencia de músicos tocando en vivo y un servicio muy cálido y atento, la experiencia de sentirse en casa es total.
Carbón Parrilla de Barrio (Múltiples ubicaciones)
La cocina argentina se encuentra con la mexicana en este local, un amplio y casual espacio de dos pisos con mesas al aire libre y un área exclusiva para niños, convirtiéndolo en un destino excelente para familias. Inspirado en los cien barrios que componen la ciudad de Buenos Aires, el menú ofrece clásicos como jugo de carne, mollejas al carbón, así como empanadas surtidas y frescas ensaladas. Los cortes, por supuesto, son la razón principal para comer aquí, con opciones como entraña fina, churrasco y tapa de asado. Por la parrilla también pasan pescados y mariscos, así como platos para niños, como un bife de chorizo o una hamburguesa. Con una amplia selección de destilados y cocteles clásicos, como mojitos y carajillos, se complementa la oferta.
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El Patio (San Pedro Tlaquepaque)
El orgullo local se respira en cada rincón de este encantador restaurante de Tlaquepaque, celebrando tanto los sabores de México como su incomparable hospitalidad. Una casona del siglo XIX aloja el restaurante, con pintorescos detalles que incluyen pasillos con arcos y una fuente central. Los músicos en vivo que amenizan el espacio, incluyendo grupos femeninos de mariachi, terminan de redondear el ambiente festivo.
Comienza la experiencia con una tradicional margarita o un tequila de su amplia lista, para después continuar con un de los platos favoritos, como queso fundido, tortitas ahogadas y camarones al tequila, además de barbacoa de res, y birria de Jalisco. Postres como flan y pan de elote hechos en casa van a la perfección con un café de olla. Para quienes visitan en la mañana, todos los días se sirve un buffet de desayuno.
Bunker Brew Club (Seattle)
Haciéndole honor a su nombre, entrar a este bar de cerveza de la colonia Seattle es transportarse a un espacio de muros de piedra y luz baja, donde el ambiente íntimo y relajado invita a explorar el mundo de la cerveza artesanal.
Ya sea que llegues como un fanático de la cerveza o un novato curioso, el staff experto del lugar está siempre disponible para guiar tu experiencia, recomendando cervezas y compartiendo datos interesantes de cada una, como Minerva, una cerveza orgullosamente tapatía. También puedes disfrutar de una copa de vino mexicano y, para acompañar, hay una selección de snacks de bar que son perfectos para compartir, como tablas de charcutería y quesos, patatas bravas, o pizzas en cono, que ya son un clásico de la casa.
Pinocchio (Providencia)
Inspirado en una clásica trattoria napolitana, donde reinan la calidez y los sabores tradicionales, este restaurante regala encantadores detalles como manteles a cuadros y múltiples motivos que rinden honor a Pinocho, desde ilustraciones hasta un gran mural de alegres colores.
El menú cuenta con muchos de los eternos favoritos de la comida italiana, con entradas como fritto misto, carpaccio de salmón y burrata con prosciutto, para seguir con las pizzas, el orgullo de la casa. Cocinadas en un horno Vesuvius, cuentan con la certificación de auténtica pizza napolitana. La Margherita o la de burrata con pesto son dos de las favoritas. Para cerrar de la manera más tradicional, el cremoso tiramisù es una opción ideal, acompañado de un limoncello de cortesía de la casa.
Cristina Alonso vive en la Ciudad de México. Escribe y edita contenido sobre gastronomía, viajes y estilo de vida, y busca visitar los mejores bares en cada destino que visita. @soycristina