Desde el sur de la Ciudad de México con Edgar Nuñez, pasando por una de las avenidas más icónicas de la ciudad, Paseo de la Reforma junto a Gabriela Ruíz. El poniente con Mónica Beteta y sus sabores mexicanos, o Ana Martornell conservando sabores nacionales. La presencia tapatía llega junto a Paco Ruano y por último la sazón de Luis Arellano, en Oaxaca. Estos chefs mexicanos ofrecen experiencias irrepetibles y demuestran por qué en México sobra sabor y pasión por la cocina.
Sud 777
Edgar Nuñez era muy joven cuando desarrolló un gusto especial por los vegetales, tal vez por herencia de su madre a quien honra integrando estos alimentos dentro de su propuesta culinaria.
Es miembro de la Academie Culinaire de Francia y del Colectivo Mexicano de Cocina AC, además de estar al frente de Sud 777, restaurante que este año ha obtenido la posición número 56, dentro de la reconocida lista 50 Best. Edgar se ha encargado de presentar platillos que posicionan la gastronomía mexicana moderna, entre sus cientos de comensales nacionales y extranjeros. Son sus recetas y las técnicas que utiliza para elaborar cada una de sus creaciones, así como el vínculo que conserva con productores locales, algunas de las razones por las que su restaurante definitivamente no pasa de moda.
Adicional a este popular concepto, el chef cuenta con el Comedor Jacinta, otra propuesta casual dining, que sirve platillos de su infancia, y que a través de la decoración, logra transmitir su interpretación de las cocinas mexicanas, hoy en día.
Carmela y Sal
Desde pequeña Gabriela Ruíz creció rodeada de plantíos y cosechas de plátano y cacao, algo tan común considerando que Tabasco es la cuna del cacao y además, el lugar que la vio nacer.
Probablemente haya sido esta cercanía, lo que originó su gusto por la gastronomía, vocación que además alimentó cuando decidió estudiar en la Escuela Culinaria del Sureste.
Esta pasión la motivó a abrir en 2012, un negocio de catering llamado: Gourmet Mx. Como todo negocio liderado por talento y disciplina, al poco tiempo creció lo suficiente como para hacer que Gabriela se mudara a la Ciudad de México, en 2017.
Una vez instalada en la ciudad, llegó el momento de abrir las puertas a su segundo concepto: Carmela y Sal, restaurante que a través de su menú honra los sabores del sureste mexicano, y que con su arquitectura evoca un elegante inmueble de la ciudad, perfecto para una celebración especial mientras los comensales degustan Tierra de Luna, un platillo creado por la chef en inspiración y honor a las historias que su padre le contaba cuando era pequeña.
Costa Guadiana
Para nadie debe ser sorpresa que Mónica Beteta haya elegido estudiar gastronomía. Su padre fue también fundador de un restaurante en la ciudad, su madre es una cocinera con una sazón capaz de extender las conversaciones en la cocina, e incluso en sus vacaciones de adolescente apoyaba en el negocio de su padre, donde también aprendía del chef Benito.
Esta pasión que naturalmente creció, la llevó a Francia y Suiza, países donde se certificó como chef en el reconocido Cordon Bleu.
Al volver a México plasmó su talento en la curaduría del menú del restaurante Costa Guadiana, ofreciendo a los comensales platillos con el sabor tradicional de las costas mexicanas.
Actualmente su talento y conocimiento culinario, le han valido ser nombrada chef ejecutiva de todo Grupo Hunan, conformado por otros clásicos de la gastronomía como: Trastevere, Sylvestre, Negroni y Nobu, por mencionar algunos.
Aida
A los 19 años Ana Martornell tomó una decisión que cambió su vida para siempre: dejar atrás la escuela de derecho e ingresar al Le Cordon Blue de la Universidad Anáhuac del Norte.
Desde el primer día de clases confirmó que esta profesión es la que quería hacer para toda su vida. Desde entonces y como primer paso firme dentro de su carrera profesional, la chef Ana emprendió un negocio de fresas con chocolate llamado Saó.
Después de identificar que sus pasiones son una mezcla entre Saó y clases de cocina, su interés por la cocina mexicana y El Contenedor, un laboratorio gastronómico que se ha convertido en un espacio de creación para aprender a crear y experimentar en la cocina, Ana fundó AM Ana Martorell, una marca que la representa como chef.
Actualmente y en colaboración con Grupo Hunan, creó un concepto acogedor llamado Aida Café, espacio romántico que ofrece platillos que de inmediato transportan a los comensales a esos sabores locales y referentes en las cocinas mexicanas.
Alcalde
La afinidad y el apego que el chef Paco Ruano tiene por la comida, encuentra su origen en esas tardes en la cocina, junto a su abuela. Cuando finalizó sus estudios gastronómicos en Guadalajara, el chef hizo una estancia en Puerto Vallarta junto al dueño del Café des Artistes, Thierry Blouet.
La propia curiosidad que vive dentro de Paco, lo llevó a horizontes que en un principio probablemente ni siquiera imaginó: Alaska, el Caribe, Dinamarca e incluso Girona, la misma ciudad donde se ubica uno de los restaurantes más populares del mundo, El Celler de Can Roca, donde perfeccionó su técnica culinaria.
Todas estas experiencias son responsables de que actualmente Alcalde haya sido nombrado como el restaurante número 68, dentro del aclamado listado 50 Best, reconocimiento que le permite seguir ofreciendo a la mesa, platillos que unen los sentimientos personales de esa infancia cerca del Mercado Alcalde en la zona centro de la ciudad, así como la riqueza cultura del país con una dieta basada en maíz, frijol, legumbres, carnes y productos del mar.
Criollo
El primer acercamiento del chef Luis Arellano a la gastronomía, fue directamente en la panadería de sus padres, ubicada en Cañada, Oaxaca, el estado de donde es originario. Años más tarde, en el 2006, Luis ingresó como practicante al restaurante Casa Oaxaca, donde su esfuerzo y dedicación le valieron la posición de Sous Chef. Su siguiente escala profesional lo llevó a una de las cocinas más aclamadas del mundo, el restaurante Pujol, experiencia que terminó por darle todo el conocimiento que estaba buscando y aventurarse en su propio camino, ahí es donde Criollo, nace.
El menú es un homenaje a las diferentes técnicas de la cocina oaxaqueña, con tintes de la costa, los valles, la sierra y el Istmo del estado. El mole, las tlayudas o el pan de yema con chocolate, son clásicos de su menú. Este último se disfruta mejor en el antecomedor que está al interior del restaurante, ya sea que degustes un pan dulce de la casa ahí mismo lo pidas para llevar, Luis y su equipo siempre superan las expectativas.